¡Ya me visto sola!
¿Te acuerdas de la primera vez que oíste decir eso a tu hija?, para mí fue algo parecido a cuando pronunció sus primeras palabras o cuando dio sus primeros pasos. No me acuerdo qué tiempo tenía exactamente pero esa frase marcó sin duda un antes y un después.
La autonomía que da el poder desvestirse y vestirse solo, marca un hito en el desarrollo, en la autonomía y en la seguridad de los pequeños.
Lo veo en la tienda muchas veces, niños de apenas dos añitos con una intención irrefrenable por desvestirse, aunque evidentemente es más fácil y rápido si lo hacemos nosotros, hay que dejarlos, porque como otras muchas cosas en la vida, se aprende primero deshaciendo. Para aprender a vestirse tiene que aprender primero a desvestirse.
Con dos y tres añitos pueden desvestirse solos y sobre los cuatro o cinco años, es cuando la mayoría de niños podrán vestirse completamente solos. Cada niño a su ritmo, y sin prisa pero sin pausa, podremos ayudar y estimular el proceso; facilitándoles prendas fáciles de poner y quitar, zapatillas con velcro hasta que se les pueda enseñar a atarse los cordones, prendas con cintura elástica para evitar cremalleras y botones y dejando de vez en cuando que el niño elija lo que desea usar ese día, aunque sean capaces de encontrar las botas de agua en el armario y ponérselas junto con una prenda playera. ¡Todo un desafío!
Hay que destacar y agradecer la gran labor que hacen los educadores en la escuela, tengo una imagen muy clara en la retina, un día en la clase de cuatro años, llegada la hora de salida, la profesora tenía a todos los niños con sus chaquetas delante colocadas boca arriba en el suelo, y la técnica fue perfectamente sencilla y eficaz; la profesora dijo un, dos, tres, y se produjo la magia. Todos los niños introdujeron las dos manos a la vez en las dos solapas, levantaron las chaquetas del suelo y las giraron sobre sí mismos, y sin darse cuenta se habían colocado la chaqueta perfectamente solos, mientras nos miraban con una sonrisa de satisfacción en sus caras imposible de olvidar. Supongo que lo seguirán haciendo, quedé tan asombrada que es una de esas cosas que se me quedó grabada para siempre. ¡Buen domingo!