La importancia que cobran los complementos en nuestro día a día es innegable. Una buena prenda con los complementos no adecuados puede perder todo el estilismo que tiene. Elegir bien los complementos es muchas veces casi tan importante como acertar con la prenda principal. Dependiendo de la prenda principal o del que lo porta, las prendas principales pueden necesitar o mejor dicho el estilismo puede necesitar de unos buenos complementos. Muchas veces hemos visto como unos buenos complementos bien combinados pueden hacer cambiar por completo un look aportándole un plus único y diferenciador.
En todo momento estamos haciendo uso de los complementos aunque no nos demos cuenta. En el mundo de los adultos como complementos se considera, los bolsos, zapatos, cinturones, joyas o bisutería, relojes, corbatas, chalecos, y cómo no, también el maquillaje y el peinado. Todos ellos son complementos en el estilismo de un look cuya finalidad es siempre guardar una armonía en el conjunto total. En el mundo de los niños y jóvenes, existen también los complementos, como no podía ser de otra manera, como los zapatos, zapatillas, mochilas, gorros, viseras, collares, lazos etc..
Hoy os voy a hablar de dos de esos complementos señalados que a mí particularmente me chiflan: los gorros y los collares. En el caso de los vestiditos de las niñas un collar de cuentas con pompones que ahora mismo son tendencia total, realzará el estilismo del vestido y lo rematará definitivamente, lo mismo ocurre con el gorro, del que ya os hablé en otra entrada, cuya virtualidad añadida es además dar calorcito a las cabezas, siendo también definitivamente tendencia en esta temporada de otoño-invierno. Aqui algunos modelos que a mí personalmente me encantan!
Aunque como todo en la vida, en su justa medida, si es cierta la frase que dice que menos es más, -yo sí creo que lo es- hay que tener cuidado y no excederse para no caer en la extravagancia, no podemos ir por la vida con un exceso de accesorios como si fuéramos árboles de navidad, consiguiendo justamente el efecto contrario del que pretendemos conseguir.