Ya lo dice el refrán, estar más contento que un niño con zapatos nuevos. Y es que la sensación de un calzado nuevo en los pies es única, y si es de calidad, además de única, será duradera.
No me cansaré de insistir que es primordial que la piel del calzado sea de la mejor calidad posible. Es cierto que el precio es un factor que condiciona a la hora de elegir calzado, ya lo decíamos en otro blog, pero la calidad cuando hablamos del calzado infantil no debe ser un plus, sino algo fundamental.
No escatimar en calidad, siempre dentro de un orden de precio razonable, es uno de los mejores regalos que podemos hacer a nuestros niños, especialmente cuando de calzado se trata, pues es sin duda una de las prendas más importante que van a llevar en los primeros años de su vida.
En el forro de la bota también es importante que la piel sea de la máxima calidad, ya que es el material que está directamente en contacto con el pie de los pequeños, y no deben causar alergias. Un material más transpirable, como la piel de vacuno, cabra o porcino, es fundamental, y por supuesto será siempre mejor que cualquier forro sintético.
Piel, piel y más piel
Es más blanda y flexible que cualquier material sintético, y siempre proporciona una comodidad extra, sobre todo cuando hablamos de piel de calidad, porque se adapta a la forma del pie.
Además aporta resistencia y conserva mejor sus propiedades que los materiales plásticos que tienden a romperse, degradarse y rajarse con más facilidad, lo que es fundamental en los zapatos de los más pequeños, expuestos a todo tipo de pruebas en cada pasito que dan.
Además una piel flexible en los botines, va a permitir y favorecer la movilidad del tobillo, lo cual es también muy importante para el desarrollo normal del pie de los niños.
Bien sujetos siempre. La cremallera es una de las mejores formas de sujeción para que nuestros pequeños no pierdan sus botas mientras juegan.
Debe tener la suela muy flexible. Existen muchos tipos de botines en el mercado que tienen la suela muy rígida, y es muy conveniente que las suelas sean muy flexibles y permitan una movilidad total del pie, especialmente en los pies en desarrollo de los más pequeños. El juego del pie al andar no debe ser impedido por una suela rígida.
Elegir la talla correcta.
Como en cualquier otro tipo de calzado es fundamental que el pie esté sujeto pero no apretado, que tenga holgura en los dedos y que no le apriete por los lados ni en el empeine demasiado. Es importante observar la forma del pie del niño porque no todos los zapatos son adecuados para todos los niños (hay pies más anchos, más estrechos…). Para elegir correctamente es imprescindible probárselo bien al niño pues según el modelo, puede variar en función de acabados, plantillas, forros, etc.
Suavidad en el interior.
Evitar que tengan costuras internas, tan habituales en los zapatos deportivos. Las botas con forro suave y sin costuras aportan una comodidad sin igual y evitan además rozaduras y heridas en los pies de los pequeños.
La colección de calzado infantil de calidad que Mentxuyyone trae todos los inviernos son siempre aquellas que respetan todos esos condicionantes y por supuesto que sean además bonitas ¡Pero lo primero es siempre lo primero, las cosas como son!