Los joggers son tendencia y más que nunca. Si los joggers, o pantalones del corredor si lo traducimos directamente del inglés, ya eran viejos conocidos, tras la pandemia han ido un paso más allá pues se han convertido en una prenda icónica y son más tendencia que nunca esta temporada otoño-invierno 21-22.
No es que antes no se utilizarán, pero han sido parte de la indumentaria casi diaria durante algún tiempo, mientras el mundo afrontaba mudo las embestidas de la pandemia y eso no ha pasado desapercibido a los creadores de moda y a los influencers.
Respecto de los pantalones deportivos de toda la vida, los joggers sí tienen alguna pequeña diferencia sobre todo en cuanto al estilo.
Los joggers se definen más por tener los tobillos definidos, tener el tiro alto y tener la pierna ajustada mientras se va hinchando un poco hasta llegar a una cintura bien definida. Cintura que puede ser de goma con cordón pero ya se van viendo incluso con botón o cremallera.
Los diseñadores definitivamente han rescatado dicha prenda para crear con ella looks increíbles, por eso han pasado de usarse exclusivamente en el mundo deportivo y para estar en casa cómodamente, a pasar a ser protagonistas de los looks de calle. Se pueden crear diferentes combinaciones dependiendo del complemento y de la situación. Esta prenda que es pieza clave en el look urbano, y se puede ver combinada con una chaqueta o abrigo más formales creando outfits con un estilazo impresionantes.
Sí pensabas que los joggers eran sólo para estar en casa estas equivocad@, prueba a ponértelo con una camiseta o sudadera por debajo de una chaqueta y tendrás un outfit de último grito.
En la indumentaria de los chavales, los joggers además matan dos pájaros de un tiro. Porque, ¿qué día no tienen alguna actividad deportiva en el colegio? Con los jogger podrán practicar deporte e ir además perfectamente a la última. Los chavales contentos y las mamis también.
¡Aquí os traigo un par de outfits de lo que se puede hacer con un jogger y que podeis conseguir en nuestra tienda de moda online!
¡Buen domingo!
¿Tu hijo adolescente te pide un look urbano impecable?¿Se acabaron aquellos tiempos en los que eras tú quien decidía qué ropa comprar y eras tú quien decidía otras muchas cosas? ¿Se acabaron también aquellos tiempos en los que tú misma le cortabas el pelo y ahora mismo no te dejaría hacerlo ni por nada del mundo? Ese corte rapado en los laterales, la nuca bien limpia y el pelo más largo por la parte de arriba seguro que ya te ha dicho que no sabrías hacerlo bien. ¿Le has dicho mil veces porque siempre va con la capucha de la sudadera puesta, que no se le ve la cara y tampoco ese corte de pelo que a él tanto le gusta y que a tí no termina de convencerte?
Mientras intentas exponerle tus razones, entre la capucha y la mascarilla asoman dos ojos grandes que te miran, son dos ojos llenos de vida y con todo el futuro por delante, y empiezas a pensar que tú también fuiste adolescente alguna vez y respiras hondo, mientras te dice que la capucha está para algo y que por eso la lleva puesta. Quieres a tu hijo hasta el infinito y le dices suave porque quiere ir siempre con prendas de algodón, que hay más mundo más allá del algodón, que te gustaría de vez en cuando verlo vestido con otro tipo de ropa. Ah es que es lo más cómodo, ama! Te contesta. Y al final desistes con una sonrisa de resignación, sabes que tienes la apuesta perdida de antemano.
Lo que no quieren, no lo quieren. ¡Y no hay más que hablar!
Y es que la ropa además de servir para vestirse y protegerse contra las inclemencias, definitivamente es también un medio de expresar sentimientos y nos sirve para comunicarnos entre nosotros, tanto como con cualquier otro medio grande de la comunicación. Hemos oído muchas veces que una imagen vale más que mil palabras. Si eso es cierto, -yo sí creo que lo es, y mucho-, en el universo de los adolescentes esa afirmación se multiplica por mil. Los adolescentes no solo hablan con la ropa sino que respiran por la ropa. Y lo hacen con todo un look completo con una sudadera original al que no le falta detalle y al que llaman urbano, buscando reafirmar su identidad y el sentimiento de pertenencia a un grupo.
Por eso alguna vez habrás pensado que todos visten igual, que todos llevan el pelo igual y que todos andan igual. Si y no. Buscan también su propia identidad diferenciándose del resto, y lo hacen con total orgullo. Les gusta su look y lo lucen orgullosos.
Instintivamente buscan la aprobación de sus compañeros y se sienten más protegidos si llevan los mismos signos externos. Si van todos parecidos -que no iguales-, no hay desaprobación. Necesitan reafirmarse constantemente en la pertenencia a grupo.
A la suma de todo ese oultfit perfectamente cuidado llamado look urbano, no podemos negarle el gancho que tiene. Es un estilo para empezar cómodo y confortable y que combina elementos deportivos urbanos entre sí, es decir, con una visera chula, jogger, camiseta y sudadera de algodón en tonos básicos y unas buenas zapatillas atrevidas y ya tenemos el look urbano tanto para chicos como para chicas. Parece que es fácil pero no lo es tanto, los looks aunque no lo parezcan están muy cuidados; no vale cualquier pantalón, no vale cualquier camiseta, no vale cualquier sudadera, no vale cualquier zapatilla, no vale cualquier corte de pelo…¡Bueno que te voy a contar que no sepas..!
¡Buen viernes!
El mundo ha cambiado hasta tal punto que seis horas sin Whatsapp, Facebook e Instagram pueden hacer que millones de personas dejen de comunicarse dando lugar a muchas situaciones de estrés y ansiedad y a que otros muchos millones de empresas no puedan promocionar y vender sus productos en dichas plataformas, con las consecuencias económicas que ello acarrea.
Hoy en día la mitad de la humanidad -eso dicen las estadísticas- utiliza las redes sociales como herramienta imprescindible de comunicación o como soporte para realizar actividad comercial, yo sí por lo menos, para las dos cosas, incluso para escribir estas líneas que alguien leerá -eso espero-, sería ínutil hacerlo sin la existencia de las Redes Sociales.
Dicho eso, me pregunto si existe vida más allá de las Redes Sociales. Seis horas y el mundo se revuelve como una serpiente; baja la Bolsa, todos los gobiernos se ponen alerta, millones de situaciones de crisis que solo conocerán sus protagonistas, pero ¿qué pasaría si en lugar de caerse las Redes Sociales cayera la luz? Mejor será no pensarlo. Quizás estos pequeños cortes que tan mal nos vienen sean necesarios para reflexionar sobre el mundo en el que vivimos.
¡Buen miércoles!
Es un hecho cierto que a través de un objeto exclusivo de marca podremos sentir que nos aporta una cualidad específica, un sentimiento de felicidad, de seguridad o de sensación de pertenencia a un grupo concreto de la sociedad. Es la condición humana, nos ocurre a todos. A los adultos, a los niños, y ni qué decir tiene a los adolescentes en quienes ese fenómeno todavía se manifiesta más claramente en esa búsqueda de identidad, diferenciación de los demás o integración y pertenencia a un grupo.
En el universo de la moda esa condición humana nuestra cobra especial relevancia, dado que lo primero que vemos en el otro es precisamente eso, la imagen que proyecta y cómo va vestido. Es sin duda una de las cosas que más cuidamos, queremos vernos bien y que nos vean bien. Así de sencillo. Muchas veces es la primera impresión lo que lo determina todo.
Por eso y sin volvernos locos, si una determinada marca nos ofrece una experiencia positiva siempre nos dará confianza y tranquilidad para poder repetir con la misma marca, muchas veces nos hará sentir que es parte de nuestra propia imagen, y dado que cada marca dentro del universo de la moda mantendrá lealtad a su propia especificidad, se cuidará al extremo de no variar escandalosamente y será siempre fiel a su propio estilo o filosofía concreta sin introducir grandes variaciones, se da la circunstancia de que cuando nos gusta una marca normalmente lo hará siempre.
En mi humilde opinión creo que debemos luchar por el perfecto equilibrio entre varias cosas:
La primera, que en esencia toda ropa ejerza una función protectora en nuestros cuerpos.
La segunda; elegir una ropa de calidad, que puede ser de marca, o no, según las posibilidades, las circunstancias, y muchas cosas. -también hay ropa que sin ser de marcas conocidas ofrece los mismos estándares de diseño y calidad.-
La tercera, nunca renunciar a la calidad en pos de la marca, si las dos van unidas y así se quiere perfecto, pero sin sacrificar la calidad, en definitiva no podemos olvidarnos que la ropa es un instrumento a nuestro servicio y no al revés.
Y la cuarta; que nos permita siempre cuidar esa otra función estética, de buena imagen de uno mismo y de pertenencia a un grupo que tan necesaria es.
¡Buen martes!